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En la historia reciente de la Tierra, las diferencias climáticas regionales y estacionales han sido considerables.
Pero en la década de 1980, los científicos observaron que había algo inusual en nuestro clima.
Las temperaturas globales medias estaban aumentando.
Esta tendencia recibió el nombre de calentamiento global.
El clima de la Tierra ha cambiado infinidad de veces de forma natural a lo largo de la historia del planeta, pero en esta ocasión es diferente.
Hay evidencias de que el incremento de la temperatura y las emisiones de gases de efecto invernadero están estrechamente relacionados.
Para la mayoría de los científicos, la contaminación tiene parte de culpa.
Algunas previsiones indican que la temperatura de la Tierra podría aumentar 5,8 °C en los próximos 100 años, mientras que otras consideran que el aumento será mucho más gradual.
Sea cual sea el tiempo que tarde, esto podría tener graves consecuencias, y podría ser catastrófico.
El aumento mínimo previsto es de 1,4 °C en los próximos 100 años.
Cantidad que es más del doble de lo observado en los últimos 100 años.
Los incrementos futuros de la temperatura cambiarán por completo nuestro clima y darán lugar a situaciones extremas.
Se producirán sequías, inundaciones e intensas tormentas por todo el mundo.
El incremento de la temperatura más extremo previsto provocará el deshielo de los casquetes polares, lo que elevará el nivel de los mares hasta 90 cm, y hará imposible la vida en muchas áreas costeras.
Para impedir estos cambios catastróficos del clima y de los ecosistemas de la Tierra, debemos detener la emisión de gases de efecto invernadero.
Pero es probable que el uso global de energía se multiplique a medida que los países en vías de desarrollo luchen por alcanzar al resto del mundo.
Esto significa que para el año 2050 el volumen de gases de efecto invernadero que emitimos se podría duplicar.
A menos que realicemos grandes cambios ahora, el calentamiento global continuará, y empeorará, así como sus devastadores efectos.