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El invierno en el Ártico y en la Antártida supone temperaturas de hasta - 70 °C.
Como el agua salada se congela a - 2 °C, el Océano Ártico se transforma y lo cubre una capa de hielo de 3 m de grosor.
Océano Ártico:
el hielo invernal cubre 16 millones de km²
En la Antártida, el hielo invernal avanza por el Océano Antártico a la asombrosa velocidad de 100.000 kilómetros cuadrados al día.
Océano Antártico:
el hielo invernal cubre 20 millones de km²
Estos océanos helados pueden parecer similares, pero albergan ecosistemas muy diferentes, encima y debajo de la superficie helada.
El Ártico
En el Ártico, el oso polar patrulla el hielo marino a la caza de focas y belugas.
Las focas han desarrollado distintas estrategias de supervivencia para sus cachorros.
Las focas de casco crían sobre hielo inestable, al que no se atreven a subir los osos polares.
Los cachorros de la foca de Groenlandia son blancos para camuflarse y las focas anilladas ocultan a sus cachorros bajo la nieve.
El Antártico
En la Antártida, no hay depredadores de tierra.
Los pingüinos emperadores pueden pasar un invierno relativamente seguro sobre el hielo.
Su depredador principal, la foca leopardo, espera a que se adentren en aguas abiertas.
El Ártico
En primavera, ambos océanos congelados comienzan a derretirse.
El hielo del Océano Ártico pasa de 16 a 9 millones de kilómetros cuadrados.
Las belugas buscan aguas poco profundas para mudar la piel.
La morsa se alimenta de almejas, el arao se sumerge hasta 50 m en busca de peces y el misterioso narval sigue los canales del hielo marino hasta los caladeros.
El Antártico
En el Océano Antártico, enormes icebergs caen al mar.
Y los bancos de krill atraen al lobo marino, al rorcual aliblanco y a la ballena jorobada, que come 2 toneladas de krill al día.
A pesar de ser dos entornos congelados y aparentemente inhóspitos, los mares helados de la Tierra albergan mucha vida.